EXAMINE THIS REPORT ON PODER DE LA PALABRA

Examine This Report on poder de la palabra

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Esto nos recuerda que nuestras palabras pueden construir y edificar a los demás, o pueden destruir y derribarlos.

Descubriendo nuestra Esencia Divina es una herramienta valiosa que nos permite enfocar nuestro propósito en…

Cada vez que cumples tu palabra vas fortaleciendo tu automobileácter, y viceversa, en el momento que no cumples lo que dices debilitas tu autoácter y la confianza en ti mismo. Una parte de ti empieza a creer que no puede confiar en todo lo que dices.

¡No dejes pasar esta oportunidad de acercarte a la fe y fortalecer tu vida diaria con la palabra divina!

Así como nuestras palabras pueden tener un impacto positivo en los demás, también pueden causar un daño significativo. Las palabras ofensivas y vulgares pueden herir profundamente a las personas y afectar su autoestima y confianza.

Por eso, es essential que cuidemos nuestras palabras y las sometamos al Manage del Espíritu Santo.

Las palabras no son simplemente sonidos producidos por nuestra boca dando forma al aire que pasa por nuestra laringe. Las palabras tienen un poder real. Dios creó el mundo con el poder de Sus palabras (Hebreos 11:3). Los seres humanos somos hechos a imagen y semejanza de Dios, y nuestras palabras también tienen poder. Para que quede poder de la palabra claro, las palabras del ser humano no tienen el poder para manifestar la realidad. Pero nuestras palabras hacen más que transmitir información; tienen un impacto sobre las personas.

" Las palabras de Dios son poderosas y transformadoras. Cuando las recibimos y creemos en ellas, tienen el poder de cambiar nuestra vida por completo.

Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua; pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos.

Otra forma de usar nuestras palabras de manera constructiva es practicar la empatía. En Efesios 4:29, se nos insta a «no decir ninguna palabra mala, sino sólo la que sea necesaria para edificar, según la necesidad del momento, para que imparta gracia a los que escuchan».

Cuando estas personas ostentan un cargo de responsabilidad, en el ciudadano crean una mezcla de rabia y tristeza e impotencia. Rabia porque el representante público tiene el deber de darle sentido a la comunicación que hace de sus acciones y propuestas.

Esto significa que debemos filtrar nuestras palabras y asegurarnos de que sean edificantes, útiles y llenas de gracia. No debemos usar nuestras palabras para herir o destruir, sino para construir y fortalecer a los demás.

Tristeza porque se siente parte de la sociedad que le ha puesto en el cargo. E impotencia porque, a pesar de hacer esfuerzos, no consigue engancharse al canal de comunicación.

Aunque todos podemos cometer errores con nuestras palabras, la buena noticia es que Dios es un Dios de gracia y perdón.

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